Curiosidades

Los fetos tienen la capacidad de aprender un idioma extranjero.

Un estudio confirma que durante las últimas diez semanas de gestación, el feto es capaz de asimilar sonidos de lenguas extranjeras y reaccionar a ellos.

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Aprender un idioma extranjero es una tarea difícil y frustrante, incluso para los adultos. Y se vuelve más difícil con la edad. Por eso, si quieres aprender un idioma extranjero, vale la pena empezar cuanto antes. Y si estás a punto de tener un bebé, empieza a hablar otros idiomas desde que aún está en el útero. Aunque parezca extraño, investigadores en Estados Unidos y Suiza han encontrado evidencia de que es posible empezar a aprender un idioma extranjero antes de nacer.

El estudio en cuestión encontró que en las últimas diez semanas de gestación, los fetos escuchan las conversaciones de sus madres y, una vez que nacen, son capaces de demostrar que estuvieron escuchando todo el tiempo.

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Para definir el alcance de esta investigación, se analizaron cuarenta bebés, tanto niños como niñas, de aproximadamente treinta horas de vida. Estos bebés fueron expuestos a diferentes sonidos vocálicos propios del inglés y el sueco, en concreto, el sonido "e" de "sweet" y el sonido "eu" de "oeuf". Los bebés respondieron a cada sonido según la fuerza con la que succionaron el chupete, y esta fuerza se midió mediante una computadora conectada a ellos.

En cada grupo, los bebés succionaron con mayor fuerza al escuchar la vocal relacionada con el idioma extranjero. Así, los bebés norteamericanos respondieron con mayor intensidad a los sonidos del sueco, y los suecos, a su vez, a los del inglés. Estos resultados indican que los bebés nacen con la capacidad de diferenciar sonidos de varios idiomas y tienen la curiosidad suficiente para explorar un idioma desconocido, según Patricia Kuhl, una de las investigadoras responsables del estudio y codirectora del Instituto de Aprendizaje y Ciencias del Cerebro de la Universidad de Washington.

Kuhl argumenta que los sonidos se muestran a los bebés durante las últimas diez semanas de embarazo porque, durante este período, su sistema auditivo está completamente formado. Por lo tanto, este sistema funciona solo como un medio para escuchar, pero también les permite registrar estos sonidos y, posteriormente, recordarlos.

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Sin embargo, si cree que exponer a su hijo a un curso intensivo de idiomas durante este período podría ser beneficioso, debería considerarlo más a fondo, ya que el estudio también demuestra que esto es más perjudicial que beneficioso. Los bebés nacidos de madres bilingües, por ejemplo, demuestran que pueden aprender dos o más idiomas, pero esta habilidad se adquiere mediante la exposición natural, no mediante la exposición constante a audio en un idioma extranjero.

Al respecto, Christine Moon, autora principal del estudio y profesora de psicología en la Universidad Luterana del Pacífico en Tacoma, Washington, enfatiza que los fetos pasan la mayor parte del tiempo dormidos, y no se puede afirmar que la estimulación adicional regular, especialmente la estimulación fuerte proveniente de un altavoz extrauterino, pueda interrumpir este proceso de sueño de ninguna manera. Moon también enfatiza que carece de datos suficientes para confirmar que el sonido excesivo pueda interferir con la capacidad de escuchar y establecer conexiones a través de la corteza auditiva. Esto se refiere no solo a la capacidad de comprender sonidos, sino también a la capacidad de extraer significado de ellos.

Para ampliar el alcance del estudio, también se incluyeron madres sordas que utilizan la lengua de señas como principal medio de comunicación, ya que sus bebés no están expuestos constantemente al sonido. Christine Moon enfatiza que no hay ninguna diferencia en el proceso de adquisición de una lengua extranjera una vez que nacen los fetos, ya que los bebés aprenden a comprender el habla y a usarla, a un ritmo relativamente similar al de otros bebés expuestos a sonidos desde el útero.

Otros expertos argumentan que la forma en que entendemos el habla, por ejemplo, a través del ritmo, va más allá de la simple comprensión de palabras individuales. Por lo tanto, lo que los bebés escuchan es el ritmo de los patrones del habla humana, según Ann Pettito, directora científica del Laboratorio de Lenguaje Cerebral de la Universidad Gallaudet, una institución educativa especializada en personas sordas y con dificultades auditivas.

Así pues, el ritmo es lo que nos permite comprender un idioma y descomponerlo en sus componentes. Por eso, al escucharlo por primera vez, no se pueden distinguir las palabras en un idioma extranjero, y también es la razón por la que suena como un sonido único y fluido.

Christine Moon espera poder confirmar pronto los hallazgos del equipo con futuras investigaciones y utilizar otros sonidos de diferentes idiomas y también sonidos diferentes, como la letra R, para ampliar aún más los fascinantes descubrimientos realizados por su estudio hasta ahora.

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Camila Fernández

Licenciada en Periodismo, escribo sobre moda, entretenimiento, tecnología y estilo de vida. Con un ojo atento a las tendencias, cautivo a los lectores con análisis perspicaces y consejos prácticos.