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La envidia es uno de los sentimientos más destructivos del ser humano.
¿Sabes qué es y cuáles son sus manifestaciones?
Lo cierto es que nadie es inmune a la envidia.
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- Puede provenir de sentimientos como el desagrado.
- Resentimiento
- Celos por lo que el otro ha logrado o incluso por lo que el otro representa o tiene.
El famoso dicho “considerar como desperdicio” lo que otro logró obtener.
El enemigo puede estar justo a tu lado, ¡ten cuidado!
- Al ser un sentimiento negativo, a menudo da la impresión de que solo quienes no quieren vernos bien, nuestros enemigos, albergan este sentimiento. Sin embargo, la envidia puede surgir de donde menos la esperamos: de nuestros amigos. ¡Así es! Y es mucho más dañina que la que proviene de nuestros enemigos, porque está velada y, al no percibirse, puede pasar desapercibida.
- Por ser personas cercanas, los amigos pueden influir en nuestras decisiones porque la mayoría de las veces les damos libre acceso a nuestros planes e incluso les pedimos consejos para que nos ayuden con decisiones importantes en nuestra vida, y es ahí exactamente donde podemos ser saboteados por nuestros amigos, ya sea consciente o inconscientemente, para que no tengamos éxito en lo que nos proponemos hacer.
Desafortunadamente, el porcentaje de personas que se alegran de verdad con las victorias ajenas es muy pequeño; algunos incluso encuentran alegría en nuestras dificultades y fracasos. Esta lista incluye tanto a enemigos como a amigos.
Tener éxito es incómodo y afecta el ego de quienes consideran que los demás no merecen cosas buenas.
Ser el centro de atención, en cualquier ámbito, puede hacer que la persona envidiosa piense: "¡Merezco estar en ese lugar!". Esto se puede traducir como: "Amigo, espero que te vaya bien, pero no mejor que a mí...".
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Por eso, cuando decidimos escuchar a nuestros amigos, siempre debemos hacerlo con un filtro activado, ya que sus consejos pueden ser buenos sólo para ellos.
Huye de aquellas personas que te dan señales de envidia:
- La envidia es común y tiene muchas caras, pero sea cual sea, siempre es negativa. No existe la "envidia buena". A menudo, quienes la sienten no pueden reconocerla. Sin embargo, presta atención; algunas señales pueden revelar a quienes albergan estos sentimientos, como quienes viven comparando su vida con la de los demás, colocándose en una posición de superioridad o inferioridad.
Lo curioso es que si esa misma energía se utilizara para el propio crecimiento, no habría necesidad de gastar tiempo en eventos ajenos y esto podría contribuir sin duda a una mejor calidad de vida.