Curiosidades

La Barbie humana se cansa de parecer una muñeca y publica fotos comunes, échale un vistazo

Pese a todo, la joven asegura que no se sometió a procedimientos quirúrgicos para parecerse a la muñeca.

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Valeria Lukyanova pasó por largos procesos para parecerse lo más posible a Barbie. Desde pequeña, tenía una colección de la muñeca y quedó cautivada por su perfección y medidas precisas. Mientras las niñas de su edad jugaban y disfrutaban de la vida, ella se enamoró cada vez más de Barbie.

Tanto es así que decidió convertirse en una Barbie humana y se sometió a varias intervenciones quirúrgicas para lograrlo. Se sometió a una rinoplastia, un levantamiento de cejas, una reducción de pómulos y cuello, un refinamiento de mandíbula, una liposucción, un adelgazamiento de hombros, un levantamiento de senos adicional y una abdominoplastia para convertirse en una Barbie humana. Convertida en reina de belleza, algunos dicen que se extirpó la caja torácica para lograr una cintura envidiable para cualquier mujer.

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Para lograrlo, decidió invertir millones de dólares para convertirse en una muñeca viviente. Y a lo largo de su vida, su obsesión la hizo idéntica a la muñeca. Pero el tiempo pasa y las cosas empiezan a cambiar, y parece que la Barbie Humana se está cansando de la vida de parecer una muñeca.

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Ha estado publicando fotos casuales e incluso se casó. El matrimonio es un poco extraño, ya que Valéria cree en el celibato y dice no creer en el sexo, porque en la "otra" dimensión en la que dice vivir, todos son asexuales.

Valéria incluso intentó vivir solo del aire y la luz del sol, una idea que finalmente fracasó, y los internautas afirman que tiene daño cerebral. Valéria recibe duras críticas en redes sociales por su apariencia, y muchos la tachan de impostora.

Pese a que los médicos dicen la verdad, la joven asegura que no se sometió a procedimientos quirúrgicos y que es bella por su genética.

Valéria dijo que no quiere ser madre y que su matrimonio es solo una unión sin intimidad. Esto forma parte de su espiritualidad; en la otra dimensión que afirma existir, la rubia dice que no tiene hijos y, por lo tanto, no quiere ser madre. Su relación con su esposo es abierta.

 

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perfil del autor

Camila Fernández

Licenciada en Periodismo, escribo sobre moda, entretenimiento, tecnología y estilo de vida. Con un ojo atento a las tendencias, cautivo a los lectores con análisis perspicaces y consejos prácticos.